El gobierno nacional rompió el silencio y salió a defenderse a través de las declaraciones que fueron brindando en los distintos medios de prensa los ministros más importantes de la administración de CFK y a través de un comunicado oficial de Cancillería, todo esto, sin que la Presidente dijera una palabra. La idea fue tratar de plantar una posición firme, pero sin llegar a golpear demasiado as relaciones con los Estados Unidos que están tratando de ser reconstituidas, por esa razón es que el gobierno si bien atacó a la Justicia y al F.B.I, deslizó la idea de que no estaba hablando del gobierno de los Estados Unidos: “El juicio por el Valijagate, en Miami, es una “operación basura” de la Casa Blanca, Antonini Wilson es un “delincuente” y el FBI es una fuerza manipulable que inventó datos y pruebas para descalificar a Cristina Kirchner.
La operación política se terminó de delinear en una reunión en el despacho de Massa, ayer por la mañana, de la que participaron además el propio Massa, la propia Cristina, Taiana y Zannini. Taiana partió de esa reunión matutina con el texto final del comunicado de la Cancillería donde, entre otras cosas, se culpa al FBI –en conjunto con “autoridades políticas”– de haber “armado y producido” material para dañar políticamente al Gobierno. La Cancillería se refiere al audio donde Antonini Wilson reveló –frente a su ex socio Franklin Durán y el abogado argentino Guillermo Ledesma– que quien le pidió que entre al país con una valija repleta de dólares sin declarar fue Claudio Uberti, ex funcionario pero aún cercano a Kirchner.
Al mediodía, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, se acercó a los periodistas en el Salón Blanco, tras un acto por el Día del Maestro, y lanzó la primera acusación contra Antonini: “Que un delincuente como Antonini haga afirmaciones sobre el Gobierno argentino y se le dé crédito es como decir que un condenado a prisión perpetua haga afirmaciones sobre un funcionario y se le dé crédito”, se enojó, y agregó: “Lo que esperamos es que Antonini se presente en la Justicia argentina. Que venga y diga lo que tenga que decir. El dinero que ingresó está todavía en la Aduana, con lo cual es improbable que se haya utilizado para financiar alguna campaña”.
En el mismo sentido, y con pocos minutos de diferencia, se sumó la declaración del ministro del Interior, Florencio Randazzo: “Es lamentable que en nuestro país se tome como verdadera una declaración de un delincuente. Sobre él pesan tres pedidos de extradición que no fueron resueltos”. Después acusó al FBI de haber armado “una operación” y tomó como ciertas las declaraciones del abogado Ledesma, que había negado en una entrevista radial haber dicho ante Antonini, durante un encuentro que el FBI asegura que fue grabado de manera limpia y lícita, que “Kirchner y Chávez” garantizarían un arreglo político sobre el caso.
A pesar de que Randazzo se escudó en los dichos de Ledesma para alimentar la versión K, el abogado contradice en un punto esencial a la historia oficial: según él, Antonini “el delincuente” Wilson le contó que visitó la Casa Rosada el día después de su llegada al país con valija incluida. A eso se suman las declaraciones de la ex secretaria de Uberti, Victoria Bereziuk, quien fue la primera que contó que el venezolano había presenciado un acto presidencial en el Salón Blanco de la Rosada.
El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, también se sumó al ataque y como siempre, utilizó la ironía y el humor para castigar a los adversarios de turno del oficialismo: “A todas luces, esta causa es inventada, es bien preparada como para generar complicaciones”, dijo, y graficó: “Es torpe, es casi un episodio de Maxwell Smart.
A pesar de la dureza K, el Departamento de Estado no se sorprendió por el repentino del Gobierno ya que por la mañana, la Presidenta había instruido al embajador en Washington, Héctor Timerman, para que comunique la posición oficial al subsecretario de Asuntos Hemisféricos para la Región, Tom Shannon. Según la versión oficial, Timerman sostuvo que es “una vergüenza que Estados Unidos no responda nunca los pedidos de extradición”. Shannon habría respondido que las declaraciones del Gobierno “no afectan la estima y las buenas relaciones que tienen los dos gobiernos”
A las cinco y media de la tarde, Massa también llamó por teléfono al embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, con quien había estado reunido hace 15 días. “Creemos que este caso es un retroceso en nuestras relaciones, sobre todo teniendo en cuenta el buen diálogo que veníamos manteniendo”, le transmitió, según reconstruyeron fuentes diplomáticas. Wayne se comportó como un caballero y siguió la línea de su jefe Shannon: “La Justicia de mi país es independiente. Este caso no debe afectar las relaciones bilaterales”, remarcó. A la noche, su embajada emitió un comunicado donde destacó que el juicio de Miami “está relacionado con acciones llevadas a cabo en los Estados Unidos por determinados individuos que no son argentinos en contravención a leyes estadounidenses”. La Casa Rosada conocía de antemano el contenido de ese comunicado porque la Embajada suele avisar a los funcionarios nacionales cada vez que envía un escrito a los medios.
Los funcionarios más cercanos a la Presidenta dicen ser conscientes de que el juicio en Miami continuará generando más “malas” noticias para el kirchnerismo. Por eso ya preparan una nueva operación. Según pudo saber Crítica de la Argentina, el Gobierno dejará trascender la versión –como si fuera información calificada y no especulaciones no comprobadas– de que el fiscal Tom Mulvihill tiene intenciones de candidatearse electoralmente en su distrito, la Florida, donde es “bien visto ser antichavista y anticastrista”. El Valijagate recién empieza. (Fuente: criticia de la Argentina).
La operación política se terminó de delinear en una reunión en el despacho de Massa, ayer por la mañana, de la que participaron además el propio Massa, la propia Cristina, Taiana y Zannini. Taiana partió de esa reunión matutina con el texto final del comunicado de la Cancillería donde, entre otras cosas, se culpa al FBI –en conjunto con “autoridades políticas”– de haber “armado y producido” material para dañar políticamente al Gobierno. La Cancillería se refiere al audio donde Antonini Wilson reveló –frente a su ex socio Franklin Durán y el abogado argentino Guillermo Ledesma– que quien le pidió que entre al país con una valija repleta de dólares sin declarar fue Claudio Uberti, ex funcionario pero aún cercano a Kirchner.
Al mediodía, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, se acercó a los periodistas en el Salón Blanco, tras un acto por el Día del Maestro, y lanzó la primera acusación contra Antonini: “Que un delincuente como Antonini haga afirmaciones sobre el Gobierno argentino y se le dé crédito es como decir que un condenado a prisión perpetua haga afirmaciones sobre un funcionario y se le dé crédito”, se enojó, y agregó: “Lo que esperamos es que Antonini se presente en la Justicia argentina. Que venga y diga lo que tenga que decir. El dinero que ingresó está todavía en la Aduana, con lo cual es improbable que se haya utilizado para financiar alguna campaña”.
En el mismo sentido, y con pocos minutos de diferencia, se sumó la declaración del ministro del Interior, Florencio Randazzo: “Es lamentable que en nuestro país se tome como verdadera una declaración de un delincuente. Sobre él pesan tres pedidos de extradición que no fueron resueltos”. Después acusó al FBI de haber armado “una operación” y tomó como ciertas las declaraciones del abogado Ledesma, que había negado en una entrevista radial haber dicho ante Antonini, durante un encuentro que el FBI asegura que fue grabado de manera limpia y lícita, que “Kirchner y Chávez” garantizarían un arreglo político sobre el caso.
A pesar de que Randazzo se escudó en los dichos de Ledesma para alimentar la versión K, el abogado contradice en un punto esencial a la historia oficial: según él, Antonini “el delincuente” Wilson le contó que visitó la Casa Rosada el día después de su llegada al país con valija incluida. A eso se suman las declaraciones de la ex secretaria de Uberti, Victoria Bereziuk, quien fue la primera que contó que el venezolano había presenciado un acto presidencial en el Salón Blanco de la Rosada.
El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, también se sumó al ataque y como siempre, utilizó la ironía y el humor para castigar a los adversarios de turno del oficialismo: “A todas luces, esta causa es inventada, es bien preparada como para generar complicaciones”, dijo, y graficó: “Es torpe, es casi un episodio de Maxwell Smart.
A pesar de la dureza K, el Departamento de Estado no se sorprendió por el repentino del Gobierno ya que por la mañana, la Presidenta había instruido al embajador en Washington, Héctor Timerman, para que comunique la posición oficial al subsecretario de Asuntos Hemisféricos para la Región, Tom Shannon. Según la versión oficial, Timerman sostuvo que es “una vergüenza que Estados Unidos no responda nunca los pedidos de extradición”. Shannon habría respondido que las declaraciones del Gobierno “no afectan la estima y las buenas relaciones que tienen los dos gobiernos”
A las cinco y media de la tarde, Massa también llamó por teléfono al embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, con quien había estado reunido hace 15 días. “Creemos que este caso es un retroceso en nuestras relaciones, sobre todo teniendo en cuenta el buen diálogo que veníamos manteniendo”, le transmitió, según reconstruyeron fuentes diplomáticas. Wayne se comportó como un caballero y siguió la línea de su jefe Shannon: “La Justicia de mi país es independiente. Este caso no debe afectar las relaciones bilaterales”, remarcó. A la noche, su embajada emitió un comunicado donde destacó que el juicio de Miami “está relacionado con acciones llevadas a cabo en los Estados Unidos por determinados individuos que no son argentinos en contravención a leyes estadounidenses”. La Casa Rosada conocía de antemano el contenido de ese comunicado porque la Embajada suele avisar a los funcionarios nacionales cada vez que envía un escrito a los medios.
Los funcionarios más cercanos a la Presidenta dicen ser conscientes de que el juicio en Miami continuará generando más “malas” noticias para el kirchnerismo. Por eso ya preparan una nueva operación. Según pudo saber Crítica de la Argentina, el Gobierno dejará trascender la versión –como si fuera información calificada y no especulaciones no comprobadas– de que el fiscal Tom Mulvihill tiene intenciones de candidatearse electoralmente en su distrito, la Florida, donde es “bien visto ser antichavista y anticastrista”. El Valijagate recién empieza. (Fuente: criticia de la Argentina).
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