El premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, dice que creyó en el gobierno de los Kirchner “pero sólo en sus comienzos, cuando salíamos de la crisis”. Después no creyó más y, entonces, le envió dos duras cartas abiertas a Cristina Fernández de Kirchner, la última con fecha del 9 de octubre, en las que, tuteándola, enumera “problemas irresueltos” por el Gobierno: “Pobreza creciente, trata de blancas, pago de deuda externa ilegítima, venta de tierras”. Esos puntos conducen a este pacifista a una crudísima conclusión: “Este gobierno viola sistemáticamente los derechos humanos”.
–¿Recibió respuesta de sus cartas?
–Ninguna. El Gobierno ignora todas las observaciones críticas.
–¿Cree que el Gobierno se derechizó?
–No, siempre fue esto. Quizás ahora se profundizó. Mantiene una política neoliberal a ultranza. Éste es el mismo Néstor Kirchner que, cuando gobernaba Santa Cruz, impulsó la privatización de YPF y sacó el dinero del país, que aún no se sabe dónde está. Los Kirchner son eso. Y son autoritarios, además.
–¿No ve diferencia con el gobierno de Carlos Menem, por ejemplo?
–Son iguales al menemismo. Sólo sostienen un discurso progresista y, en paralelo, impulsan políticas neoliberales. No hay coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Y no tienen un proyecto de país. Hay que revisar esta democracia antes de que sea tarde.
–¿Comparte, al menos, la política oficial de derechos humanos?
–Que se impulsen los juicios, sí. Pero hay que juzgarla integralmente.
–¿En qué sentido?
–Que aumente la pobreza mientras se paga la deuda ilegítima, que los hospitales estén colapsados y los medios de comunicación concentrados, que haya mortalidad infantil evitable, son violaciones a los derechos humanos que suceden hoy.
–¿Y todo eso es responsabilidad del Gobierno?
–Claro. El Gobierno de los Kirchner viola los derechos humanos sistemáticamente.
–Otros organismos no lo ven así.
–Los Kirchner privilegiaron a unos organismos sobre otros: discriminan. Si alguno critica, a ése no le dan importancia.
–Pero algunos organismos comparten ciertas medidas del Gobierno.
–Comprendo que hay organismos cuyo objetivo central era derogar las leyes de impunidad, recuperar a los niños expropiados, impulsar los juicios. Está bien. Yo creo que los derechos humanos no terminan ahí.
–¿Le duele que Hebe de Bonafini, de Madres, o Estela de Carlotto, de Abuelas, apoyen al Gobierno?
–Son decisiones políticas. Fueron compañeras de militancia y tomaron esa opción. Lo respeto. Sí me molesta que se bajen determinadas banderas, que no se hable de la deuda externa ni del INDEC, por ejemplo.
–¿El Servicio de Paz y Justicia que usted preside recibe apoyo del Gobierno?
–Nada, ni un peso. Trabajamos con chicos de la calle y el Gobierno ni se acerca. No son olvidos casuales. No importa. Soy un hombre de lucha y no me voy a pegar un tiro como René Favaloro.
Textuales de la carta a Cristina
* “Te envío la presente carta abierta, ya que has decidido ignorar la enviada meses atrás.”
–¿Recibió respuesta de sus cartas?
–Ninguna. El Gobierno ignora todas las observaciones críticas.
–¿Cree que el Gobierno se derechizó?
–No, siempre fue esto. Quizás ahora se profundizó. Mantiene una política neoliberal a ultranza. Éste es el mismo Néstor Kirchner que, cuando gobernaba Santa Cruz, impulsó la privatización de YPF y sacó el dinero del país, que aún no se sabe dónde está. Los Kirchner son eso. Y son autoritarios, además.
–¿No ve diferencia con el gobierno de Carlos Menem, por ejemplo?
–Son iguales al menemismo. Sólo sostienen un discurso progresista y, en paralelo, impulsan políticas neoliberales. No hay coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Y no tienen un proyecto de país. Hay que revisar esta democracia antes de que sea tarde.
–¿Comparte, al menos, la política oficial de derechos humanos?
–Que se impulsen los juicios, sí. Pero hay que juzgarla integralmente.
–¿En qué sentido?
–Que aumente la pobreza mientras se paga la deuda ilegítima, que los hospitales estén colapsados y los medios de comunicación concentrados, que haya mortalidad infantil evitable, son violaciones a los derechos humanos que suceden hoy.
–¿Y todo eso es responsabilidad del Gobierno?
–Claro. El Gobierno de los Kirchner viola los derechos humanos sistemáticamente.
–Otros organismos no lo ven así.
–Los Kirchner privilegiaron a unos organismos sobre otros: discriminan. Si alguno critica, a ése no le dan importancia.
–Pero algunos organismos comparten ciertas medidas del Gobierno.
–Comprendo que hay organismos cuyo objetivo central era derogar las leyes de impunidad, recuperar a los niños expropiados, impulsar los juicios. Está bien. Yo creo que los derechos humanos no terminan ahí.
–¿Le duele que Hebe de Bonafini, de Madres, o Estela de Carlotto, de Abuelas, apoyen al Gobierno?
–Son decisiones políticas. Fueron compañeras de militancia y tomaron esa opción. Lo respeto. Sí me molesta que se bajen determinadas banderas, que no se hable de la deuda externa ni del INDEC, por ejemplo.
–¿El Servicio de Paz y Justicia que usted preside recibe apoyo del Gobierno?
–Nada, ni un peso. Trabajamos con chicos de la calle y el Gobierno ni se acerca. No son olvidos casuales. No importa. Soy un hombre de lucha y no me voy a pegar un tiro como René Favaloro.
Textuales de la carta a Cristina
* “Te envío la presente carta abierta, ya que has decidido ignorar la enviada meses atrás.”
* “Anunciás con gran publicidad que el Gobierno ha decidido el pago de la deuda externa, al Club de París, deuda que bien sabes es inmoral, injusta e ilegítima.”
* “¿Qué esperás? ¿Que si hacés bien los deberes que te imponen los que mandan, recibirás como regalo que el país sea aceptado en el sistema financiero capitalista y recibir préstamos que el país deberá devolver con intereses y la deuda seguirá creciendo hasta lo infinito?”
* “Kirchner, a quien bien conoces, decidió pagar al FMI y la situación del país no ha mejorado, por el contrario ha transferido dinero del pueblo sin ninguna consulta y ha aumentado la pobreza, el desempleo, el analfabetismo.”
* “El vapuleado INDEC se especializa en hacer dibujitos muy malos para demostrar lo indemostrable.” (Fuente: Diario critica de la Argentina).