El gobierno de Evo Morales dictó esta noche el estado de sitio para la región de Pando, uno de los epicentros secesionistas donde los enfrentamientos dejaron ayer al menos 14 muertos y decenas de heridos, una cifra que sube a cada momento.
En tanto, las Fuerzas Armadas bolivianas advirtieron que no tolerarán más a que "radicales" promuevan enfrentamientos ni una "intromisión" militar extranjera, como la que amenazó desplegar Hugo Chávez. Los uniformados tenían la orden de no reprimir a la población, una medida que mereció, hoy, una autocrítica de Morales, ya que tanto los militares como los policías sufrieron bajas.
El estallido interminable llevó a Evo a intentar aflojar la soga. El presidente andino convocó a la oposición secesionista a abrir un canal de diálogo.
"Advertimos que no vamos a tolerar más el accionar de grupos radicales, violentos que solo están llevando al enfrentamiento entre bolivianos, provocando dolor y luto entre hermanos y atentando contra la seguridad nacional", dijo la máxima autoridad militar, el general Luis Trigo.
Los militares tienen la orden de Morales de no usar armas de guerra contra los manifestantes, han sido varias veces agredidos y golpeados y han tenido que replegarse para evitar la confrontación o usar solo gases lacrimógenos para dispersar a sus atacantes.
Los disturbios violentos han tenido como principales escenarios las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, gobernadas por opositores autonomistas.
En ellas impera el desorden provocado por más de treinta cortes de carreteras, ocupaciones de entidades y de empresas del Estado y ataques a varias instalaciones petroleras.
El peor momento del conflicto se produjo el jueves cuando campesinos leales a Morales y grupos de la Prefectura (gobernación) de Pando se enfrentaron a tiros en un choque que ha dejado al menos 14 muertos y, según diversas fuentes, entre 30 y 40 heridos.
El impacto de las manifestaciones comenzó a sentirse en el occidente del país, donde está la sede de Gobierno La Paz, por una relativa escasez de combustibles producida porque muchas plantas petroleras están ocupadas en el oriente.
Los militares comenzaron la noche del jueves a movilizar a más tropas hacia los campos petroleros con el propósito de evitar que continúen las ocupaciones como las que han afectado parcialmente los envíos de gas hacia Argentina y Brasil.
En su comparecencia ante los medios, el general Trigo explicó que el "no haber actuado con violencia o empleado las armas" contra el pueblo boliviano durante la ola de protestas, no significa que las FFAA estén contra el orden constitucional.
Trigo también rechazó la "intromisión" del presidente Chávez quien el jueves advirtió que si Morales es derrocado o muerto en esta ola de protestas, los opositores bolivianos le estarían dando "luz verde para apoyar cualquier movimiento armado en Bolivia".
Las Fuerzas Armadas "no permitirán que ningún militar o fuerza extranjera pisen territorio nacional", aseguró Trigo.
De forma casi simultánea a la advertencia militar de no permitir más actos radicales, el Gobierno y los prefectos (gobernadores) de la oposición acordaron abrir un nuevo espacio de diálogo para buscar una solución que termine con el prolongado conflicto.
Morales convocó a una reunión en Palacio al gobernador de Tarija, Mario Cossío, como portavoz de sus colegas de Santa Cruz, Rubén Costas; de Beni, Ernesto Suárez y de Pando, Leopoldo Fernández, todos aliados en reivindicar un régimen autonómico para sus regiones.
Estos prefectos impulsaron hace varias semanas un plan de protestas para exigir al Ejecutivo que devuelva a las regiones los ingresos del sector petrolero recortados en enero pasado, pero también rechazan de forma frontal el proyecto de nueva Constitución impulsado por Morales.Cossío pidió ayer a Morales que ambas partes se den "una última oportunidad" y "que señale día, lugar y la hora para sentar las bases del diálogo e iniciar el proceso de reconciliación".
Morales replicó que el "diálogo está abierto", pero para analizar "razones, no imposiciones", mientras que su ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, concretó la invitación a Cossío a reunirse en La Paz a partir de las 18.00 hora local (22.00 GMT).
Durante este año, se han producido hasta tres intentos de diálogo entre el Gobierno y sus opositores que han terminado en fracaso por la inflexibilidad de ambas partes. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
En tanto, las Fuerzas Armadas bolivianas advirtieron que no tolerarán más a que "radicales" promuevan enfrentamientos ni una "intromisión" militar extranjera, como la que amenazó desplegar Hugo Chávez. Los uniformados tenían la orden de no reprimir a la población, una medida que mereció, hoy, una autocrítica de Morales, ya que tanto los militares como los policías sufrieron bajas.
El estallido interminable llevó a Evo a intentar aflojar la soga. El presidente andino convocó a la oposición secesionista a abrir un canal de diálogo.
"Advertimos que no vamos a tolerar más el accionar de grupos radicales, violentos que solo están llevando al enfrentamiento entre bolivianos, provocando dolor y luto entre hermanos y atentando contra la seguridad nacional", dijo la máxima autoridad militar, el general Luis Trigo.
Los militares tienen la orden de Morales de no usar armas de guerra contra los manifestantes, han sido varias veces agredidos y golpeados y han tenido que replegarse para evitar la confrontación o usar solo gases lacrimógenos para dispersar a sus atacantes.
Los disturbios violentos han tenido como principales escenarios las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, gobernadas por opositores autonomistas.
En ellas impera el desorden provocado por más de treinta cortes de carreteras, ocupaciones de entidades y de empresas del Estado y ataques a varias instalaciones petroleras.
El peor momento del conflicto se produjo el jueves cuando campesinos leales a Morales y grupos de la Prefectura (gobernación) de Pando se enfrentaron a tiros en un choque que ha dejado al menos 14 muertos y, según diversas fuentes, entre 30 y 40 heridos.
El impacto de las manifestaciones comenzó a sentirse en el occidente del país, donde está la sede de Gobierno La Paz, por una relativa escasez de combustibles producida porque muchas plantas petroleras están ocupadas en el oriente.
Los militares comenzaron la noche del jueves a movilizar a más tropas hacia los campos petroleros con el propósito de evitar que continúen las ocupaciones como las que han afectado parcialmente los envíos de gas hacia Argentina y Brasil.
En su comparecencia ante los medios, el general Trigo explicó que el "no haber actuado con violencia o empleado las armas" contra el pueblo boliviano durante la ola de protestas, no significa que las FFAA estén contra el orden constitucional.
Trigo también rechazó la "intromisión" del presidente Chávez quien el jueves advirtió que si Morales es derrocado o muerto en esta ola de protestas, los opositores bolivianos le estarían dando "luz verde para apoyar cualquier movimiento armado en Bolivia".
Las Fuerzas Armadas "no permitirán que ningún militar o fuerza extranjera pisen territorio nacional", aseguró Trigo.
De forma casi simultánea a la advertencia militar de no permitir más actos radicales, el Gobierno y los prefectos (gobernadores) de la oposición acordaron abrir un nuevo espacio de diálogo para buscar una solución que termine con el prolongado conflicto.
Morales convocó a una reunión en Palacio al gobernador de Tarija, Mario Cossío, como portavoz de sus colegas de Santa Cruz, Rubén Costas; de Beni, Ernesto Suárez y de Pando, Leopoldo Fernández, todos aliados en reivindicar un régimen autonómico para sus regiones.
Estos prefectos impulsaron hace varias semanas un plan de protestas para exigir al Ejecutivo que devuelva a las regiones los ingresos del sector petrolero recortados en enero pasado, pero también rechazan de forma frontal el proyecto de nueva Constitución impulsado por Morales.Cossío pidió ayer a Morales que ambas partes se den "una última oportunidad" y "que señale día, lugar y la hora para sentar las bases del diálogo e iniciar el proceso de reconciliación".
Morales replicó que el "diálogo está abierto", pero para analizar "razones, no imposiciones", mientras que su ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, concretó la invitación a Cossío a reunirse en La Paz a partir de las 18.00 hora local (22.00 GMT).
Durante este año, se han producido hasta tres intentos de diálogo entre el Gobierno y sus opositores que han terminado en fracaso por la inflexibilidad de ambas partes. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
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