Por Gabriel Bertino
Noticia de tapa, primera plana, noticia central, como quieran llamarla, Argentina, la estrella del Plata, es nuevamente el centro de las publicaciones españolas, pero obviamente, no por buenos motivos.
Desde el Exterior, la gente se sorprende por algunas decisiones del gobierno argentino; que cambia, como veleta, desde una punta hacia la otra, sin ninguna razón aparente, desestructurando hasta al analista más sesudo.
Desde aquí les damos la llave para comprender este errático accionar de nuestros líderes, que simplemente se puede resumir a 2 cuestiones muy simples y al mismo tiempo, muy graves: improvisación y falta de fondos.
Así como hace tiempo, algunos europeos (sobre todo de un tono izquierdista) no podían entender, de que se quejaba el pueblo argentino, ante los gobernantes geniales, modernos y progresistas que tenía el país, hoy día, esos mismos europeos se sorprenden y no saben que es lo que está pasando, ya que por más que lo intenten, no pueden entender al gobierno Argentino...
Frustración compartida, según lo que se puede observar a simple vista, por el gobierno de Zapatero, que todavía no puede digerir, ni entender, como la Sra. Cristina, (una de las suyas... de su palo ideológico, me refiero) se tira contra los intereses de sus aliados…y de manera inconsulta, sin previo aviso, como el peor de los enemigos.
Primero la privatización de Aerolíneas Argentinas, ahora las AFJP con capitales españoles y un nuevo terror que invade todas las previsiones, el hecho de que esta lista siga creciendo ad-infinitun, sobre todo, cuando el gobierno vuelva a tener necesidad de colectar más platita fresca, para apagar incendios, pagar deudas, sacar del frío al tren bala, comprar fidelidades o simplemente preparar el campo de batalla para la nueva campaña electoral... que dicho sea de paso, como viene la mano, va a costar una fortuna, porque levantar semejante muerto, va a requerir de muchos billetes.
Ante esta situación que están sufriendo nuestros hermanos españoles (entre otros), los argentinos podemos decirles ¡Bienvenidos a bordo!
¿Está todo tan mal?
El gran problema que atraviesa la administración del matrimonio K, no reside ni en su postura filosófica, ni en su concepto de estado benefactor, ni siquiera en la forma como conciben a la política; el gran problema, que está taladrando a su administración y por carácter transitivo a nuestro país, es su manera de gobernar, inconsulta, improvisada y precaria.
Es imposible pensar que todas las decisiones que tome el gobierno sean malas, que no tenga ni siquiera una buena idea, por el contrario, este gobierno, se ha caracterizado, por demostrar una buena intensión de llevar adelante temas postergados en la política nacional, pero claro el camino al infierno esta pavimentado de buenas intensiones; y todas estas buenas ideas, son arruinadas, cuando son puestas en práctica
¿Por qué ocurre esto?
Muy simple, porque el matrimonio K, maneja el país, como si fuera un kiosquito de su propiedad, manejado a las apuradas, donde no hay más planificación que la de ir tapando, uno a uno, los agujeros que van surgiendo de acuerdo al vaivén de la realidad.
No hay planificación de gobierno, no existe el diseño de un país hacia el cual dirigirnos y por consiguiente, tampoco existe una adecuada anticipación de los problemas importantes que pueden plantearse en el futuro, razón por la cual, siempre nos sorprenden las grandes crisis, siempre estamos viviendo en situación de emergencia, y por lo tanto siempre se están resolviendo cuestiones de esa naturaleza, en medio del fuego, situación fáctica que siempre conduce a una mala decisión.
Y para colmo de males, esas decisiones se toman de manera inconsulta; son solo un selecto grupo de personas, contados con los dedos de una mano, los que se reúnen en secreto y toman las decisiones de un día para el otro, sin consenso y sin el correspondiente basamento técnico que tendrían que aportar los especialistas de cada tema, razón por la cual la mayoría de las veces, deben retocar esas decisiones, o completarlas o cambiarlas, o algo que es peor aún, pueden insistir en ellas a pesar de sus evidentes falencias, como ocurrió con el tema del famoso decreto 125, que establecía un nuevo régimen de retenciones.
El estado soy yo, dijo Luis XIV, poco tiempo antes de la Revolución francesa que cortó cabezas e impuso el sistema republicano de gobierno, para evitar, precisamente, que los vicios, las debilidades, los errores, las limitaciones y el desconocimiento de una persona, no condene a toda una nación.
Realmente tenemos que decir una vez más, que nuestros gobernantes deberían recordar, que las monarquías absolutas han desaparecido hace siglos, que ellos nos son dueños de nada, sino tan solo son nuestros representantes y que su poder solo se justifica en virtud de ser los voceros del pueblo, en expresar la voluntad popular, manifestada, no sólo a través del voto a presidente, sino también en cada uno de los cargos elegidos de manera democrática: diputados, senadores, gobernadores, concejales, etc.
Aprendamos de la historia, no repitamos errores groseros, y sobre todo, tengamos presente que totalitarismo y democracias son “FORMAS DE GOBIERNO” y no meros nombres, de lo contrario podemos confundir gato por liebre.
Dictaduras que se quieren mover como democráticas y democracias que esconden funcionamientos de dictaduras…. son la misma cosa, aunque digan lo contrario.
Desde el Exterior, la gente se sorprende por algunas decisiones del gobierno argentino; que cambia, como veleta, desde una punta hacia la otra, sin ninguna razón aparente, desestructurando hasta al analista más sesudo.
Desde aquí les damos la llave para comprender este errático accionar de nuestros líderes, que simplemente se puede resumir a 2 cuestiones muy simples y al mismo tiempo, muy graves: improvisación y falta de fondos.
Así como hace tiempo, algunos europeos (sobre todo de un tono izquierdista) no podían entender, de que se quejaba el pueblo argentino, ante los gobernantes geniales, modernos y progresistas que tenía el país, hoy día, esos mismos europeos se sorprenden y no saben que es lo que está pasando, ya que por más que lo intenten, no pueden entender al gobierno Argentino...
Frustración compartida, según lo que se puede observar a simple vista, por el gobierno de Zapatero, que todavía no puede digerir, ni entender, como la Sra. Cristina, (una de las suyas... de su palo ideológico, me refiero) se tira contra los intereses de sus aliados…y de manera inconsulta, sin previo aviso, como el peor de los enemigos.
Primero la privatización de Aerolíneas Argentinas, ahora las AFJP con capitales españoles y un nuevo terror que invade todas las previsiones, el hecho de que esta lista siga creciendo ad-infinitun, sobre todo, cuando el gobierno vuelva a tener necesidad de colectar más platita fresca, para apagar incendios, pagar deudas, sacar del frío al tren bala, comprar fidelidades o simplemente preparar el campo de batalla para la nueva campaña electoral... que dicho sea de paso, como viene la mano, va a costar una fortuna, porque levantar semejante muerto, va a requerir de muchos billetes.
Ante esta situación que están sufriendo nuestros hermanos españoles (entre otros), los argentinos podemos decirles ¡Bienvenidos a bordo!
¿Está todo tan mal?
El gran problema que atraviesa la administración del matrimonio K, no reside ni en su postura filosófica, ni en su concepto de estado benefactor, ni siquiera en la forma como conciben a la política; el gran problema, que está taladrando a su administración y por carácter transitivo a nuestro país, es su manera de gobernar, inconsulta, improvisada y precaria.
Es imposible pensar que todas las decisiones que tome el gobierno sean malas, que no tenga ni siquiera una buena idea, por el contrario, este gobierno, se ha caracterizado, por demostrar una buena intensión de llevar adelante temas postergados en la política nacional, pero claro el camino al infierno esta pavimentado de buenas intensiones; y todas estas buenas ideas, son arruinadas, cuando son puestas en práctica
¿Por qué ocurre esto?
Muy simple, porque el matrimonio K, maneja el país, como si fuera un kiosquito de su propiedad, manejado a las apuradas, donde no hay más planificación que la de ir tapando, uno a uno, los agujeros que van surgiendo de acuerdo al vaivén de la realidad.
No hay planificación de gobierno, no existe el diseño de un país hacia el cual dirigirnos y por consiguiente, tampoco existe una adecuada anticipación de los problemas importantes que pueden plantearse en el futuro, razón por la cual, siempre nos sorprenden las grandes crisis, siempre estamos viviendo en situación de emergencia, y por lo tanto siempre se están resolviendo cuestiones de esa naturaleza, en medio del fuego, situación fáctica que siempre conduce a una mala decisión.
Y para colmo de males, esas decisiones se toman de manera inconsulta; son solo un selecto grupo de personas, contados con los dedos de una mano, los que se reúnen en secreto y toman las decisiones de un día para el otro, sin consenso y sin el correspondiente basamento técnico que tendrían que aportar los especialistas de cada tema, razón por la cual la mayoría de las veces, deben retocar esas decisiones, o completarlas o cambiarlas, o algo que es peor aún, pueden insistir en ellas a pesar de sus evidentes falencias, como ocurrió con el tema del famoso decreto 125, que establecía un nuevo régimen de retenciones.
El estado soy yo, dijo Luis XIV, poco tiempo antes de la Revolución francesa que cortó cabezas e impuso el sistema republicano de gobierno, para evitar, precisamente, que los vicios, las debilidades, los errores, las limitaciones y el desconocimiento de una persona, no condene a toda una nación.
Realmente tenemos que decir una vez más, que nuestros gobernantes deberían recordar, que las monarquías absolutas han desaparecido hace siglos, que ellos nos son dueños de nada, sino tan solo son nuestros representantes y que su poder solo se justifica en virtud de ser los voceros del pueblo, en expresar la voluntad popular, manifestada, no sólo a través del voto a presidente, sino también en cada uno de los cargos elegidos de manera democrática: diputados, senadores, gobernadores, concejales, etc.
Aprendamos de la historia, no repitamos errores groseros, y sobre todo, tengamos presente que totalitarismo y democracias son “FORMAS DE GOBIERNO” y no meros nombres, de lo contrario podemos confundir gato por liebre.
Dictaduras que se quieren mover como democráticas y democracias que esconden funcionamientos de dictaduras…. son la misma cosa, aunque digan lo contrario.
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