Si el Gobierno anuncia por un lado, tal como adelantó La Nacion anteayer, que extenderá la recompra de bonos de la deuda hasta fin de año para reducir las expectativas de un default, no debería, al mismo tiempo, reconfirmar en su cargo a Guillermo Moreno, como lo hizo ayer el senador cercano a los Kirchner José Pampuro.
Si lo que busca es que los inversores financieros vuelvan a comprar bonos en forma voluntaria, no debería retroceder en la promesa que hizo el nuevo jefe de gabinete, Sergio Massa, cuando asumió, respecto de lograr un cambio profundo en el Indec para devolverle credibilidad a la forma de medir la inflación.
Si el Gobierno cree que los mercados están especulando en su contra, como ocurre siempre con los bonistas cada vez que un gobierno aparece débil, debería brindar señales de fortaleza. Una opción sería llevar a cabo un programa integral de lucha contra la inflación real, en vez de digitar los datos oficiales pensando, como Guillermo Moreno, que la inflación es del 8 por ciento.
Si el Ministerio de Economía expresa que no hay ninguna posibilidad de cesación de pagos por las "altas reservas del Banco Central, el buen crecimiento económico y las sólidas perspectivas fiscales", por qué aparece entonces "raspando todas las ollas" (como la colocación permanente de bonos a agencias del Estado y la mayor utilización de los depósitos colocados en el Banco Nación) para pagar los compromisos externos.
Si el programa financiero de este año estuviera cerrado, como se declara oficialmente, por qué se le colocó un bono al 15% anual a Venezuela y se piensa en emitirle otro antes de fin de año al "amigo" Chávez.
Si se mantienen estas contradicciones, el Gobierno demostrará que se está mordiendo la cola, más allá de las buenas intenciones de algunos funcionarios en el Ministerio de Economía y en el Banco Central. (Fuente: Diario La nación).
Si lo que busca es que los inversores financieros vuelvan a comprar bonos en forma voluntaria, no debería retroceder en la promesa que hizo el nuevo jefe de gabinete, Sergio Massa, cuando asumió, respecto de lograr un cambio profundo en el Indec para devolverle credibilidad a la forma de medir la inflación.
Si el Gobierno cree que los mercados están especulando en su contra, como ocurre siempre con los bonistas cada vez que un gobierno aparece débil, debería brindar señales de fortaleza. Una opción sería llevar a cabo un programa integral de lucha contra la inflación real, en vez de digitar los datos oficiales pensando, como Guillermo Moreno, que la inflación es del 8 por ciento.
Si el Ministerio de Economía expresa que no hay ninguna posibilidad de cesación de pagos por las "altas reservas del Banco Central, el buen crecimiento económico y las sólidas perspectivas fiscales", por qué aparece entonces "raspando todas las ollas" (como la colocación permanente de bonos a agencias del Estado y la mayor utilización de los depósitos colocados en el Banco Nación) para pagar los compromisos externos.
Si el programa financiero de este año estuviera cerrado, como se declara oficialmente, por qué se le colocó un bono al 15% anual a Venezuela y se piensa en emitirle otro antes de fin de año al "amigo" Chávez.
Si se mantienen estas contradicciones, el Gobierno demostrará que se está mordiendo la cola, más allá de las buenas intenciones de algunos funcionarios en el Ministerio de Economía y en el Banco Central. (Fuente: Diario La nación).
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