El Vaticano sugirió hoy que los rectores de los seminarios realicen un test piscólogico a los aspirantes a curas para detectar a aquellos heterosexuales que no puedan controlar sus instintos sexuales y a aquellos que tengan fuertes tendencias homosexuales.
El documento “Orientaciones para el uso de las competencias de la psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio” fue presentado esta mañana por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, informó la agencia Ansa.
Aquellos que tengan una identidad sexual “incierta, tendencias homosexuales fuertemente radicadas o dificultad para vivir la castidad en el celibato no podrán ser sacerdotes”, según el texto que precisa que no basta con comprometerse a no mantener relaciones sexuales, sino que es necesario valorar también la orientación sexual. El texto señaló que la detección temprana de defectos psicológicos “en ocasiones patológicos” antes de que los seminaristas se conviertan en sacerdotes ayudaría a evitar experiencias trágicas.
En ese sentido, el documento indicó que los rectores del seminario y otros responsables deberían confiar en expertos externos si no pueden llevar a cabo ellos estos exámenes. “La Iglesia tiene la obligación de discernir una vocación y la idoneidad de los candidatos para el sacerdocio”, dijo el documento, el segundo de la Congregación para la Educación Católica del Vaticano en tres años. “El ministerio sacerdotal requiere ciertas cualidades, además de virtudes morales y teológicas, que se apoyan en un equilibrio humano, físico y particularmente afectivo, de manera que permita que el sujeto adecuadamente predispuesto se entregue al celibato”, apuntó.
El texto remarcó que “no basta con que (un candidato) fuera capaz de abstenerse de tener actividad sexual”, sino también de “evaluar su orientación sexual”. Según la Iglesia Católica, debería impedirse entrar al sacerdocio si el examen psicológico “muestra que un candidato tiene dificultades en vivir la castidad, es decir, si el celibato es una carga demasiado pesada que comprometa su equilibrio afectivo y relacional”. La Santa Sede distinguió entre tendencias homosexuales justificables y práctica de la homosexualidad condenada como pecado. Desde ahora, la homosexualidad no practicada es impedimento para el sacerdocio. (Fuente: Diario La Capital).

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