El tan esperado plan de salvataje del presidente Bush, no trajo calma a los mercados financieros. En todo el mundo se vivió otra jornada de pánico e incertidumbre, que comenzó en Asia (por una simple cuestión horaria, lo único simple en esta historia) y llegó como un tsunami a todas las plazas.
En Wall Street, el Dow Jones se desplomó 3,58% y el Nasdaq, 4,34%. San Pablo la vivió peor: el derrumbe alcanzó 5,43% (pero llegó a perder 15%). México, la segunda economía latinoamericana, cerró igual que en Brasil.
El miedo a un contagio mayor de la crisis en Europa provocó fuertes pérdidas en el Viejo Continente. La bolsa alemana se desplomó 7%; la francesa, 9%; y la española, 6%.
Tal debilidad financiera impacto en el euro, que se mantuvo relativamente estable a nivel mundial. Muy distinto de lo que le pasó al dólar, que subió en casi todos los mercados porque sigue siendo el refugio de grandes y pequeños mayoristas por más que sea la moneda del país que provocó la crisis.
Mientras tanto George Bush volvió a pedir tiempo y paciencia. "No queremos apresurarnos tanto en esta situación y que esto haga que el programa no sea eficaz", declaró.
El presidente estadounidense admitió que la población no está de acuerdo con su programa porque tiene la impresión que "rescata" a aquellos que provocaron la crisis en vez de paliar la situación de las familias que perdieron o están por perder su vivienda. Sin embargo, volvió a pedir confianza en que los US$ 700.000 servirán para tranquilizar a los mercados.
Por algo, los asesores económicos de la Casa Blanca afirmaron que la situación en el sistema financiero estadounidense es "aún grave". El anuncio por parte de la Reserva Federal de que aumentará un mecanismo para sus préstamos a los bancos, como parte de las medidas para tratar de atajar la crisis, no sirvió para calmar los ánimos.
Mientras tanto, rn el mercado de materias primas, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, para entrega en noviembre cotiza a la baja y ha llegado a caer por debajo de los 90 dólares, en tanto que la onza de oro al contado se ha situado en 828 dólares. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
En Wall Street, el Dow Jones se desplomó 3,58% y el Nasdaq, 4,34%. San Pablo la vivió peor: el derrumbe alcanzó 5,43% (pero llegó a perder 15%). México, la segunda economía latinoamericana, cerró igual que en Brasil.
El miedo a un contagio mayor de la crisis en Europa provocó fuertes pérdidas en el Viejo Continente. La bolsa alemana se desplomó 7%; la francesa, 9%; y la española, 6%.
Tal debilidad financiera impacto en el euro, que se mantuvo relativamente estable a nivel mundial. Muy distinto de lo que le pasó al dólar, que subió en casi todos los mercados porque sigue siendo el refugio de grandes y pequeños mayoristas por más que sea la moneda del país que provocó la crisis.
Mientras tanto George Bush volvió a pedir tiempo y paciencia. "No queremos apresurarnos tanto en esta situación y que esto haga que el programa no sea eficaz", declaró.
El presidente estadounidense admitió que la población no está de acuerdo con su programa porque tiene la impresión que "rescata" a aquellos que provocaron la crisis en vez de paliar la situación de las familias que perdieron o están por perder su vivienda. Sin embargo, volvió a pedir confianza en que los US$ 700.000 servirán para tranquilizar a los mercados.
Por algo, los asesores económicos de la Casa Blanca afirmaron que la situación en el sistema financiero estadounidense es "aún grave". El anuncio por parte de la Reserva Federal de que aumentará un mecanismo para sus préstamos a los bancos, como parte de las medidas para tratar de atajar la crisis, no sirvió para calmar los ánimos.
Mientras tanto, rn el mercado de materias primas, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, para entrega en noviembre cotiza a la baja y ha llegado a caer por debajo de los 90 dólares, en tanto que la onza de oro al contado se ha situado en 828 dólares. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
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