Una vez más, Cleto Cobos busca posicionarse como la contracara del kirchnerismo que lo encaramó en el poder nacional. Si el matrimonio presidencial se muestra hermético y lacerante en el manejo del poder, el vice apela a la diálogo y la fraternidad política. Si Cristina Kirchner rescata la historia democrática del país descubriendo los bustos de Ricardo Alfonsín y Héctor Cámpora, el presidente interino desempolva el abrazo reconciliatorio entre Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín, que oxigenó -poco tiempo, hay que decirlo- el aire irrespirable de los '70.
Cleto, a cargo del Ejecutivo, aprovechó la vidriera que gana cada vez que Cristina se ausenta del país para cargar contra ella y su marido, el ex presidente Néstor Kirchner. "Esto no es un cheque en blanco por cuatro años sino que se debe honrar día a día la representación que ha obtenido. Se necesita mayor humildad y amplitud para saber escuchar", disparó. Y pidió al Gobierno que actúe con "amplitud" y "humildad", al tiempo que se mostró a favor de avanzar en "acuerdos entre los partidos" de la oposición.
El vice encabezó en el Senado un homenaje el histórico reencuentro entre Perón y Balbín, ocurrido en 1972. Y para recrear aquel espíritu de entendimiento más allá de las ideologías invitó al jefe de la UCR, Gerardo Morales; y a una numerosa troupe antikirchnerista. Entre ellos: "Chiche" Duhalde, Juan Carlos Romero, Ramón Puerta, Carlos Reutemann, Ernesto Sanz, Federico Pinedo y Raúl Baglini. Todos ellos diputados, senadores o dirigentes que transitan el polvo del llano.
Cleto aseguró que "se avecinan tiempos complicados" en los que la sociedad "está requiriendo que logremos acuerdos políticos entre los partidos". "La ciudadanía quiere que los partidos políticos vuelvan a recuperar ese rol de intermediarios entre el gobierno y de ellos" pero "sin mezquindades", aseguró. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).

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