En París ya están acostumbrados. Vieron llegar a los Alvear, cargando en el barco a su vaca lechera y tirando por la proa la vajilla luego de una comida. “Riche comme un argentine”,decían los franceses. “Georgie” Newbery y sus amigos de la Recoleta amenizaban sus fiestas tirando un pan de manteca de cinco kilos al techo del salón y el dinero era tanto, tanto, que un día se acabó. Aquella era la Argentina del Centenario, el país del mañana constante. Después ya no. Fuimos el país de anteayer. Nos endeudamos como nunca antes y como nunca antes, pagamos también.
El 13 de julio de 2000, tres meses después de la muerte del periodista e historiador Alejandro Olmos, el juez federal Jorge Ballestero declaró el endeudamiento extranjero contraído durante varios gobiernos como “ilegal, inmoral, ilegítimo y fraudulento”. Olmos, el hombre que denunció la deuda externa, no llegó a ver su obra en vida. Los sucesivos gobiernos siguieron pagando intereses y tomando nuevos créditos para pagar intereses.
La idea de que la deuda externa no podía pagarse porque, en verdad, ya estaba paga por demás, comenzó a tomar cada vez más fuerza en el cuerpo social. ¿Quién le debe a quién? En una espectacular maniobra de prensa, el presidente K canceló menos del diez por ciento del total del endeudamiento, y resolvió la relación con el Fondo Monetario. “Se pagó la deuda externa”, titularon los periódicos. K pagó 10.000 millones y mantuvo el endeudamiento por 130.000 millones, que pagó puntualmente, y sin chistar.
Que la deuda es impagable no necesita ni siquiera de argumentos muy sofisticados. Ésta es la evolución de los números:
Que la deuda es impagable no necesita ni siquiera de argumentos muy sofisticados. Ésta es la evolución de los números:
–En 2001, la Argentina pagó unos 10.000 millones de dólares al año de intereses.
–En 2003, la deuda argentina total, en default, era de 186.000 millones de dólares.
–En 2008 se pagarán 6.000 millones de dólares de intereses.
–Hoy, la deuda es de 145.000 millones de dólares.
–En 2009, vencen 20.500 millones de dólares de deuda, de los cuales la mitad se pagarán con el superávit fiscal, y la otra mitad tomando nuevos créditos con el Banco Mundial, el BID, etc.
Ayer, la presidenta C y el presidente K decidieron pagar ADELANTADA la totalidad de la deuda con el Club de París: unos 6.700 millones de dólares. El gobierno argentino no intentó o no supo cómo o no le importó arreglar un plan de pagos a diez años, por ejemplo. Argentino al fin, tiró manteca al techo. Haber aceptado una financiación obligaba al gobierno a aceptar la intromisión del Fondo Monetario (¿qué harían entonces con el falso INDEC, qué con los presupuestos subvaluados?).
–Los acreedores nos oprimen, insultémoslos llenándoles la cara de billetes.
–¡Los acreedores desconfían y complotan, paguémosles antes, para cagarlos!
–¡Quedate con tus siete mil millones! ¿Viste cómo te jodí?
Hacer política es tomar decisiones. Esos 6.706 millones de dólares pueden ir a París o quedarse en Jujuy. Como los otros quinientos millones, ¿se acuerdan? Que al final decidieron irse de viaje... Para el Gobierno, en la Argentina hay cinco millones de pobres. Las estimaciones privadas indican diez millones. Uno de cada cinco niños en la provincia de Buenos Aires tiene problemas de desnutrición. Dos de cada cinco menores son pobres. Entre el 5 y el 9% de los chicos de 5 a 13 años, trabajan. En la misma provincia, el 35% de los chicos repiten el grado, el 12% no llega a sexto y el 40% no termina el polimodal.
“La Comandante Cris está feliz/ de pagarle al Club de París.” Ya tiene aforismo el grupo de señores mayores. Temo que la próxima medida redistribucionista del gobierno revolucionario sea la reforma agraria. Sería terrible, porque ni siquiera podríamos escapar al campo. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
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