Doctor Zhivago es una de las joyas del cine clásico que a pesar del paso del tiempo brilla con inusitado vigor.

Es cierto que hoy podemos ser testigos de cómo, el antiguamente llamado 7mo arte, está sufriendo las mutaciones lógicas ocasionadas por un proceso de evolución y crecimiento. Incluso, muchas de sus ramas, han avanzado tanto, que ya reclaman un espacio propio, más dentro de la ciencia y la informática que del mundo del arte.
En base a las nuevas tecnologías, hoy se puede disfrutar de una excelente calidad de imagen y sonido, sin hablar de los increíbles efectos especiales que hacen posibles cosas que antes solo estaban en la imaginación de directores y guionistas.
Pero a pesar de todo este crecimiento, hoy en día cuesta muchísimo encontrar películas tan maravillosas como Doctor Zhivago. Y nos referimos a la clásica versión de 1965, dirigida por David Lean e interpretada por Omar Sharif, Julie Christie y Geraldine Chapline, basada en la novela homónima de Boris Pasternak publicada en 1957. La película cuenta la historia de Yuri Zhivago, un médico y poeta idealista ruso, dividido entre el amor de dos mujeres en medio de la revolución de 1917 y la posterior guerra civil de 1918-1920. Más profundamente, la novela muestra distintas facetas humanas, como ser: el sufrimiento de un hombre cuando la vida que siempre ha conocido es transformada por fuerzas que están más allá de su control, el fugaz sentido de la vida, la compleja naturaleza del amor y el eterno debate entre la fugacidad y la plenitud, como caras de una misma moneda. Una película exquisita, bella, poética y al mismo tiempo filosófica y completamente existencialista, enmarcada dentro de una extraordinaria geografía y un complicado contexto histórico. Además de todo lo dicho es una obra tan rica, que de acuerdo a la etapa de la vida que esté atravesando el espectador, distinto es el sabor que deja, como si la película tuviera dentro de sí, varios mensajes para que podamos analizar en cada etapa de nuestra vida.
Todo esto sin hablar de la extraordinaria banda de sonidos que nos legó esta obra. En definitiva un plato altamente recomendable para volver a ver.
Y para aquellos que por edad, o cualquier otra razón, nunca hubieran oído hablar de ella...es casi un mandato divino sumergirse por más de 2 horas en la magia de esta película, porque Doctor Zhivago es una obra maestra del cine que no puede dejar de ser vista.
Por Gabriel Bertino

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