Por Ricardo Monner Sans
Veintisiete renglones y medio. Acta de ingreso de Antonini Wilson. Pudo salir del aeropuerto al bajar del avión pagado por Enarsa porque ningún funcionario del Poder Ejecutivo consultó a nadie del Poder Judicial. Era el 4 de agosto de 2007. Dos días después, el sujeto va a una reunión político-social en la Casa Rosada. El 10 de agosto Enarsa me niega información sobre vuelos, precios y otros porqués. Digo en TV que Antonini ha estado allí. Alberto Fernández –jefe de Gabinete– me desmiente. La muy independiente fiscal argentina –porque algunos hay– invalida al Gobierno. Bereziuk ha declarado en el expediente lo que habíamos dicho sin conocer yo ese antecedente. Pocas horas después de aquel lunes 6, le dicen “mejor andate”. Montevideo y al final Miami. El Ministerio de Justicia estadounidense pone en alta voz lo que el FBI señala haber descubierto. Gritería antiimperialista de funcionarios del oficialismo, recién llegados a un sentimiento que algunos –pero de veras– profesamos desde hace mucho y por el cual hemos tenido más de, digamos, una incomodidad. Califican de prófugo al que dejan entrar y dejan salir. El reino del disparate. Las normas de EE.UU. permiten autoculparse. Varios de ellos así lo hacen para lograr menor sanción. Franklin Durán contrata a uno de los abogados de más prestigio de por allí, Ed Sohat, porque se declara inocente. ¿El delito para EE.UU.? Haber sido agentes de país extranjero sin registrarse. Distinto a lo que a mi juicio es contrabando en grado de tentativa para la ley argentina. ¿Tema en común? Para quién era la valija. El jurado encuentra culpable a Durán por haber presionado a Antonini Wilson para que se hiciera cargo de que la valija con los u$s 800.000 eran de él. ¿Por qué la presión? ¿En favor de quién se necesitaba hacer presión?
Para el Tribunal de Miami no ha habido dudas: el dinero venía para la campaña presidencial del matrimonio. Desde el 15 de septiembre de 2008 vengo bregando para investigar todas las rutas del dinero que confluyeron en la campaña. Vamos por la quinta presentación. ¿Servini de Cubría y el fiscal Di Lello me harán caso? ¿Tiene Durán chance de ir a un tribunal superior? En cualquier caso, ¿EE.UU. permitirá la extradición de un condenado –porque Antonini se ha declarado culpable y entonces hay que imponerle sanción–? ¿No es el momento en que Penal Económico y Justicia Electoral vayan, vean, traduzcan y tomen el tema como indicio para la ley argentina o hay que quedarse de brazos cruzados? No basta evocar el retorno democrático. Es el tiempo de centrar una lucha efectiva contra la creciente corrupción. ¿O soy un ingenuo?
Para el Tribunal de Miami no ha habido dudas: el dinero venía para la campaña presidencial del matrimonio. Desde el 15 de septiembre de 2008 vengo bregando para investigar todas las rutas del dinero que confluyeron en la campaña. Vamos por la quinta presentación. ¿Servini de Cubría y el fiscal Di Lello me harán caso? ¿Tiene Durán chance de ir a un tribunal superior? En cualquier caso, ¿EE.UU. permitirá la extradición de un condenado –porque Antonini se ha declarado culpable y entonces hay que imponerle sanción–? ¿No es el momento en que Penal Económico y Justicia Electoral vayan, vean, traduzcan y tomen el tema como indicio para la ley argentina o hay que quedarse de brazos cruzados? No basta evocar el retorno democrático. Es el tiempo de centrar una lucha efectiva contra la creciente corrupción. ¿O soy un ingenuo?
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