Como dijimos muchas veces ya, Argentina y España se enfrentarán este 21, 22 y 23 de noviembre, en la soñada final de la Davis, pero sólo frente a 11.100 almas que podrán estar en el Polideportivo Islas Malvinas, de Mar del Plata. Oficialmente, tanto la Federación Internacional de Tenis como el mismísimo site del torneo, anunciaron con bombos y platillos que desde hoy se iban a poder adquirir los boletos disponibles... Que serán, con suerte, menos de 2.000, por el resto del paquete está destinado al público visitante (alrededor de 1.200), a los sponsors, a los jugadores, a la prensa, a los clubes locales, a las federaciones y al protocolo.
"La verdad, no sé qué va a pasar... A esta altura no sé si van a llegar al público", se sinceró esta mañana ante Ciudad.com uno de los personajes que participa activamente en las reuniones entre los dirigentes de la Asociación Argentina de Tenis y la empresa Ticketek.
Quienes tengan la fortuna de comprar los abonos por derecha, si eso finalmente ocurre ya que pese a los anuncios todavía no están disponibles, deberán desembolsar precios que van de 990 a 4.500 pesos. Las clásicas populares, no tan populares en este caso, son las que están ubicadas en el lateral izquierdo. El sector lateral medio se ofrecerá a 2.150 pesos y el lateral bajo a 4.100 pesos. Todo bien saladito, sin ni siquiera empezar a hablar de lo que costará un fin de semana a todo trapo en La Feliz, donde por ejemplo varios hoteles se "abstienen" de tomar reservas para esa fecha, porque especulan con poder subir sus tarifas. Picardía criolla, que le dicen.
"Pago lo que sea", se envalentona Raúl en su clásica recorrida por los foros domésticos. Hasta se despoja de sus miedos habituales y da muestras de su estado. "Para que vean de mi interés, les dejó mi celular y mi fono particular, algo que por seguridad no hago nunca en mi vida", confiesa. Y ahí, lógicamente, lo "bombardean" con ofertas de toda calaña. Algunas creíbles y otras mejor obviar. Por lo general, todas coinciden en algo: le piden entre ocho y diez veces más que el valor real.
"Entrega en mano y confiabilidad absoluta", detalla un aviso que tiene disponibilidad de sectores y "no hay restricciones en cantidad", aclara. Cuando uno llama, las evasivas se apilan hasta que el interlocutor da señales certeras de que quiere concretar la operación. "Pasa en los espectáculos de rock, en los partidos importantes, ni hablar en los mundiales. ¿O acaso por Madona no se pagaron fortunas? Bueno, acá lo mismo. El que quiere celeste, que le cuesta...", cuenta Nicolás, que se hizo de dos boletos que le mandó un primo español y ahora él espera "salvarse" como sea. "Igual, preguntan mucho y concretan poco... Me dicen que hay que esperar, porque sobre la hora puedo llegar a hacer un negoción..." (Fuente: Ciudad.com)

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