El Valle de la Luna cumplió este sábado ocho años como Patrimonio Natural de la Humanidad, título que comparte con la riojana Talampaya y que les otorgó la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el 29 de noviembre de 2000.
Situado a 340 kilómetros al norte de la capital sanjuanina , Ischigualasto o Valle de la Luna es considerado el yacimiento paleontológico de mayor relevancia científica, ya que se trata del sitio de fósiles del triásico más rico del planeta, que ofrece una lectura completa de los períodos que van desde la aparición de la vida hasta los vertebrados.
En sus 62.946 hectáreas hay restos de vertebrados del tipo de los rincosaurios, dicinodontes, tocodontes y otros, que habitaron el lugar hace más de 225 millones de años, a partir del período Triásico de la Era Mesozoica.
No sólo fósiles se encuentran en el lugar sino tambien testimonios culturales que están presentes en petroglifos (inscripciones y dibujos en las rocas), puntas de flecha, morteros, y otros elementos de piedra que pertenecieron a civilizaciones precolombinas, que habitaron la zona hace unos 1200 a 1400 años. Todo esto sin mencionar las impresionantes geo-formas, que dan fama internacional al Valle de la luna.
A diferencia de lo que ocurre en el cañón del Talampaya, para conocer este parque, el visitante llega y visita el valle con su propio vehículo, siguiendo al guía que se detiene sistemáticamente en cada una de las paradas oficiales, explicando la características que hacen especial al valle de la luna. Las paradas coinciden con los detalles geológicos e históricos más importantes, por lo que podemos recordar son 5: 1) Las zona de las improntas, donde se puede ver con claridad marcado en las rocas un cambio de eras geológicas. 2) El paisaje lunar, que es la zona donde se ve el paisaje característico que da nombre al lugar. 3) La cancha de bochas, es una zona donde se han reunido varias rocas redondas (como bochas o pelotas) que se fueron formando alrededor de un fósil. 4) La zona del submarino, que el lugar de una de las geo-formas más famosa del valle 5) El hongo y los murallones color naranja, que es la última parada que cierra el increíble circuito.
Emilio Romero, periodista y locutor jubilado, hizo posible que la UNESCO lo nombrara con ese título, ya que fue quien, tras una paciente investigación de varios años, encontró los títulos y certificados que la organización exigía para otorgarle la distinción que hoy posee. También jugó en esto un gran papel el geólogo y paleontólogo William Sill, quien propuso crear allí una zona bajo protección, lo que dio lugar el 3 de noviembre de 1971 a la creación del Parque Provincial; y 29 años después, quien impulsó la iniciativa ante la UNESCO. (Fuente: Diario critica de la Argentina y nuestra redacción).

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