Por Mariano Confalonieri para el Diario Perfil
El empresario oficialista Sergio Szpolski (dueño de “Veintitrés”, “BAE” y “7 Días”, entre otros) acaba de comprar las radios América (AM) y Aspen (FM), que pertenecían al grupo mexicano CIE. En la operación desembolsó 4 millones de dólares. Además, adquirió el 50% del diario marplatense “El Atlántico”. Para ello, se asoció con los propietarios de “Crónica”. En paralelo, el Gobierno reasignó 45 millones de pesos del presupuesto de Medio Ambiente para invertir en publicidad y otorgó una veintena de licencias de radios. En sólo un lustro, el kirchnerismo invirtió más de mil millones de pesos en pauta oficial.
Si no puedes vencerlos, únete a ellos. El famoso refrán parece ajustarse a la perfección a la estrategia de comunicación del matrimonio Kirchner. Desde que se hicieron cargo del poder, tanto Néstor como Cristina utilizaron el atril para castigar a los medios críticos, y echaron mano a la pauta oficial para poner en caja a otros. De la estocada final se ocuparon los empresarios afines al Gobierno, comprando diarios, revistas, radios y canales de televisión.
La avanzada mediática kirchnerista tuvo esta semana un nuevo capítulo. El grupo Szpolski (Veintitrés, 7 Días y BAE, entre otros) adquirió las radios América (AM) y Aspen (FM) de manos de los mexicanos del CIE, a los que les pagó 4 millones de dólares. El empresario multimedia se hará cargo de la emisora el 30 de enero, pero ya estuvo conversando con periodistas de la radio sobre la programación y los ciclos que continuarán.
Szpolski también se asoció con los propietarios de Crónica para administrar el 50 por ciento del diario marplatense El Atlántico, periódico que compite con La Capital, del empresario Aldrey Iglesias.
Hasta ahora, el ciento por ciento del matutino era controlado por gremialistas de la Unión Obrera Metaúrgica (UOM), que también tienen la conducción del canal de noticias. El diario saldrá hoy a la calle con nuevo formato y diseño. Aunque desde el grupo no dejaron trascender el monto de la operación.
Un año clave. Las elecciones desvelan al oficialismo. En octubre pondrán en juego parte de su capital político con miras a la renovación presidencial de 2011. Entonces, controlar las “letras de molde” –así alude Cristina Fernández a los titulares críticos de algunos diarios– se vuelve casi una necesidad, además de un negocio, para los “popes” K.
Sobre todo, en un año en el que asoma otra vez el conflicto con el campo, la crisis económica impacta en Argentina, la tensión por el corte en Gualeguaychú aumenta y el estilo confrontativo de gestión desgasta a Cristina y a Néstor.
Es por eso que desde la Casa Rosada contribuyeron con una serie de medidas para doblegar a los medios en 2009. El jefe de Gabinete, Sergio Massa, reasignó 45 millones de pesos (no ejecutados durante 2008) para publicidad oficial (ver página 3).
El 10 de diciembre de 2008 el Comfer otorgó 20 licencias de radio a empresarios del interior. Uno de los que se prepara también para quedarse con una frecuencia es Víctor Santa María, gremialista del Suterh, quien se presentó a una licitación para ocupar el 750 del dial. Lo hizo con una empresa que se denomina Buenos Contenidos SRL.
Protagonistas. La articulación de las políticas de comunicación tiene protagonistas a un lado y al otro del mostrador. El más polémico es el funcionario
Enrique “Pepe” Albistur que, como secretario de Medios de la Nación, tiene el control de la pauta publicitaria. Albistur, además, posee una empresa familiar que se dedica al mobiliario urbano, y fue denunciado por el fiscal de Investigaciones Administrativas (FIA), Manuel Garrido, por hacer un mal uso de los fondos públicos que administra su cartera.
En el mundo empresario, Daniel Hadad fue uno de los más beneficiados con la publicidad oficial, hecho que fue de la mano con una línea editorial de su grupo más condescendiente con el Gobierno. Hadad es propietario de muchos medios, desde el canal de cable C5N hasta la radio más escuchada del país, AM 710.
Claro que el Gobierno también cuenta con empresarios amigos que forman parte del riñón K. Rudy Ulloa Igor, un pingüino que empezó como cadete del bufete legal de Néstor, fue comprando de a poco. Es propietario de El Periódico Austral en Santa Cruz, la revista oficialista KA, la revista también oficialista Actitud (el eslogan es “una revista que no es independiente”) y varias señales de cable y radios en el interior del país y la Capital Federal.
Otro empresario que tuvo un crecimiento exponencial durante la era K es Sergio Szpolski. El diario La U era el único medio que tenía en su haber en 2003, cuando asumió Néstor Kirchner en el poder. Luego compró Veintitrés, Veintitrés Internacional, Newsweek Argentina, BAE, parte de AM Del Plata, radio América y Aspen, entre otros. El panorama oficialista se completa con la lista de medios estatales, con Canal 7 a la cabeza, señal de aire denunciada la semana pasada por, supuestamente, haber censurado al vicepresidente Julio Cobos durante la emisión del festival de Jesús María.
Lobby sin éxito por la ley de radiodifusión
En estos últimos meses un grupo encabezado por el subsecretario general de la presidencia, Gustavo López, y la diputada nacional K Silvia López inició un fuerte lobby para lograr que la Ley de Radiodifusión, tan promocionada por el Gobierno, salga aprobada del Congreso.
Sin embargo, fuentes del Comfer confirmaron a PERFIL que no hubo avances en el proyecto y que sólo se están haciendo presentaciones en el interior acerca de posibles cambios en la regulación de los medios.
La nueva ley fue anunciada durante el conflicto con el campo y la fuerte pelea que el oficialismo libró con el Grupo Clarín. En ese momento, se decía desde el Poder Ejecutivo que la norma saldría rápidamente, aunque aún está en veremos.
Lo que en el Comfer no dijeron, en cambio, es qué cantidad de licencias se les permitirá tener a un mismo grupo empresario, un tema que genera polémica por la cantidad de intereses en juego.
La avanzada mediática kirchnerista tuvo esta semana un nuevo capítulo. El grupo Szpolski (Veintitrés, 7 Días y BAE, entre otros) adquirió las radios América (AM) y Aspen (FM) de manos de los mexicanos del CIE, a los que les pagó 4 millones de dólares. El empresario multimedia se hará cargo de la emisora el 30 de enero, pero ya estuvo conversando con periodistas de la radio sobre la programación y los ciclos que continuarán.
Szpolski también se asoció con los propietarios de Crónica para administrar el 50 por ciento del diario marplatense El Atlántico, periódico que compite con La Capital, del empresario Aldrey Iglesias.
Hasta ahora, el ciento por ciento del matutino era controlado por gremialistas de la Unión Obrera Metaúrgica (UOM), que también tienen la conducción del canal de noticias. El diario saldrá hoy a la calle con nuevo formato y diseño. Aunque desde el grupo no dejaron trascender el monto de la operación.
Un año clave. Las elecciones desvelan al oficialismo. En octubre pondrán en juego parte de su capital político con miras a la renovación presidencial de 2011. Entonces, controlar las “letras de molde” –así alude Cristina Fernández a los titulares críticos de algunos diarios– se vuelve casi una necesidad, además de un negocio, para los “popes” K.
Sobre todo, en un año en el que asoma otra vez el conflicto con el campo, la crisis económica impacta en Argentina, la tensión por el corte en Gualeguaychú aumenta y el estilo confrontativo de gestión desgasta a Cristina y a Néstor.
Es por eso que desde la Casa Rosada contribuyeron con una serie de medidas para doblegar a los medios en 2009. El jefe de Gabinete, Sergio Massa, reasignó 45 millones de pesos (no ejecutados durante 2008) para publicidad oficial (ver página 3).
El 10 de diciembre de 2008 el Comfer otorgó 20 licencias de radio a empresarios del interior. Uno de los que se prepara también para quedarse con una frecuencia es Víctor Santa María, gremialista del Suterh, quien se presentó a una licitación para ocupar el 750 del dial. Lo hizo con una empresa que se denomina Buenos Contenidos SRL.
Protagonistas. La articulación de las políticas de comunicación tiene protagonistas a un lado y al otro del mostrador. El más polémico es el funcionario
Enrique “Pepe” Albistur que, como secretario de Medios de la Nación, tiene el control de la pauta publicitaria. Albistur, además, posee una empresa familiar que se dedica al mobiliario urbano, y fue denunciado por el fiscal de Investigaciones Administrativas (FIA), Manuel Garrido, por hacer un mal uso de los fondos públicos que administra su cartera.
En el mundo empresario, Daniel Hadad fue uno de los más beneficiados con la publicidad oficial, hecho que fue de la mano con una línea editorial de su grupo más condescendiente con el Gobierno. Hadad es propietario de muchos medios, desde el canal de cable C5N hasta la radio más escuchada del país, AM 710.
Claro que el Gobierno también cuenta con empresarios amigos que forman parte del riñón K. Rudy Ulloa Igor, un pingüino que empezó como cadete del bufete legal de Néstor, fue comprando de a poco. Es propietario de El Periódico Austral en Santa Cruz, la revista oficialista KA, la revista también oficialista Actitud (el eslogan es “una revista que no es independiente”) y varias señales de cable y radios en el interior del país y la Capital Federal.
Otro empresario que tuvo un crecimiento exponencial durante la era K es Sergio Szpolski. El diario La U era el único medio que tenía en su haber en 2003, cuando asumió Néstor Kirchner en el poder. Luego compró Veintitrés, Veintitrés Internacional, Newsweek Argentina, BAE, parte de AM Del Plata, radio América y Aspen, entre otros. El panorama oficialista se completa con la lista de medios estatales, con Canal 7 a la cabeza, señal de aire denunciada la semana pasada por, supuestamente, haber censurado al vicepresidente Julio Cobos durante la emisión del festival de Jesús María.
Lobby sin éxito por la ley de radiodifusión
En estos últimos meses un grupo encabezado por el subsecretario general de la presidencia, Gustavo López, y la diputada nacional K Silvia López inició un fuerte lobby para lograr que la Ley de Radiodifusión, tan promocionada por el Gobierno, salga aprobada del Congreso.
Sin embargo, fuentes del Comfer confirmaron a PERFIL que no hubo avances en el proyecto y que sólo se están haciendo presentaciones en el interior acerca de posibles cambios en la regulación de los medios.
La nueva ley fue anunciada durante el conflicto con el campo y la fuerte pelea que el oficialismo libró con el Grupo Clarín. En ese momento, se decía desde el Poder Ejecutivo que la norma saldría rápidamente, aunque aún está en veremos.
Lo que en el Comfer no dijeron, en cambio, es qué cantidad de licencias se les permitirá tener a un mismo grupo empresario, un tema que genera polémica por la cantidad de intereses en juego.
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