En medio del paro agrario, la Iglesia se metió en el conflicto entre los ruralistas y el Gobierno y advirtió hoy que la paz social "está alterada" y reiteró su preocupación por "el clima de conflicto" permanente en el país, sobre todo por la tensión por el paro del campo, al comenzar dos días de deliberaciones de la comisión permanente que preside el cardenal Jorge Bergoglio."Hay mucha preocupación, la paz social está alterada en la Argentina", subrayó el vocero episcopal, presbítero Jorge Oesterheld, al dialogar con la prensa antes de que se iniciaran la sesiones en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina.
El portavoz reiteró que "el clima de conflicto" entre los argentinos y la falta de seguridad son motivo de "preocupación permanente entre los obispos".Una veintena de obispos se reúnen desde hoy a la mañana por primera vez en el año con una agenda cargada de temas eclesiales internos, pero también con cuestiones coyunturales como el adelantamiento de las elecciones, el paro del campo y la ola de inseguridad. Los prelados analizan la situación del país a través de un "intercambio pastoral", instancia que puede derivar, si lo aprueban, en la difusión de una declaración mañana al termino de las deliberaciones.
Voceros eclesiásticos adelantaron que "no escapará al análisis" de los prelados el adelantamiento de las elecciones, iniciativa que "no fue bien recibida" en la Iglesia, sobre todo porque se consideró que la decisión del matrimonio presidencial "no es resguardar la institucionalidad del país".También está previsto que refieran a la reciente marcha contra la inseguridad a Plaza de Mayo, ya que causó malestar entre ciertos obispos la participación del sacerdote Guillermo Marcó, ex vocero del cardenal Bergoglio.
Los prelados, explicaron las fuentes, no quieren que se confundan eventuales "apoyos espirituales" con discursos partidarios de tono opositor, como surgieron -reconocieron- en la manifestación por la prédica del rabino Sergio Bergman, a quien Marcó acompañó en el escenario.
Los obispos dedicarán buena parte de las sesiones a intercambiar impresiones sobre la reciente visita "ad límina", que un primer grupo encabezado por Bergoglio realizó entre el 7 y el 14 de marzo pasado al papa Benedicto XVI y los dicasterios vaticanos. Ante el pontífice, el primado argentino alertó sobre el riesgo de "descomposición del tejido social" y sobre el "escándalo" de la pobreza y la exclusión.Sus expresiones causaron malestar en el Gobierno, como también que durante ese viaje el secretario general del Episcopado, Enrique Eguía Seguí, haya dicho que la corrupción "estaba ya institucionalizada" en Argentina. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
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