“¿Tienen miedo de perder que separan los comicios? ¿Dónde está la calidad institucional del país de la que hablan?”. Dijo Néstor Kirchner en Catamarca el pasado 6 de marzo.
"No se puede colocar al país en una actitud sucesiva de elecciones (...), lo fundamental es la gobernabilidad". Nujevamente Néstor Kirchner en Chubut el 13 de marzo.
El Camaleón ...mamá...el camaleón, cambia de colores según la ocasión.
"No se puede colocar al país en una actitud sucesiva de elecciones (...), lo fundamental es la gobernabilidad". Nujevamente Néstor Kirchner en Chubut el 13 de marzo.
El Camaleón ...mamá...el camaleón, cambia de colores según la ocasión.
La pirueta política del ex presidente ocurrió en apenas una semana.
Durante el cierre de la campaña electoral catamarqueña, el también titular del PJ criticó al gobernador Eduardo Brizuela del Moral, un radical K devenido cobista, por separar la fecha de las elecciones provinciales de las nacionales para consolidar su poder.
Hoy, Kirchner apeló a la "gobernabilidad" para justificar el proyecto oficial de adelantar al 28 de junio los comicios legislativos que, según el Código Electoral vigente, deben realizarse el cuarto domingo de octubre, que este año cae el día 25.
Pero Néstor no fue el único que dio un giro de 180 grados. Lo acompañó -como siempre lo hace- su esposa, la presidente Cristina Kirchner.
En ocasión de la última modificación del Código Electoral, ocurrida en 2004 precisamente por impulso K, la entonces senadora por Santa Cruz (faltaba un año para su desembarco en la provincia de Buenos Aires) defendió la fecha estipulada para los comicios con el siguiente argumento: “Hace 200 años los Estados Unidos hace elecciones el 1 de noviembre. Hay que imitar lo bueno”.
¿Qué pasó en una semana? Los Kirchner buscaron dar una respuesta terminante y directa a la jugada que anunció ayer Mauricio Macri. Como Brizuela, el jefe de Gobierno decidió separar los comicios porteños de los nacionales para consolidar su poder local (busca contar con mayoría absoluta en la Legislatura y ya no depender de los acuerdos tácticos con la oposición) y consolidarse en su carrera presidencial de cara al 2011.
Pero también el matrimonio presidencial busca que haya una brecha lo más amplia posible entre los comicios y la crisis, cuyos efectos económicos y sociales prometen agudizarse a partir del segundo trimestre del año.
Néstor y Cristina buscan preservarse del malhumor de los electores. Y suturar la sangría política y electoral que ya los afecta tanto por izquierda como por derecha.
Si, como dicen los chinos, la crisis conlleva en sí misma una oportunidad, Kirchner no descartaría posicionarse como el hombre más indicado para guiar a los argentinos a capear el temporal económico. Sabe que, en ocasiones, los electores prefieren no cambiar el timonel en medio de un tsunami que se está llevando puesto al mundo.(Fuente: Diario Crítica).
Durante el cierre de la campaña electoral catamarqueña, el también titular del PJ criticó al gobernador Eduardo Brizuela del Moral, un radical K devenido cobista, por separar la fecha de las elecciones provinciales de las nacionales para consolidar su poder.
Hoy, Kirchner apeló a la "gobernabilidad" para justificar el proyecto oficial de adelantar al 28 de junio los comicios legislativos que, según el Código Electoral vigente, deben realizarse el cuarto domingo de octubre, que este año cae el día 25.
Pero Néstor no fue el único que dio un giro de 180 grados. Lo acompañó -como siempre lo hace- su esposa, la presidente Cristina Kirchner.
En ocasión de la última modificación del Código Electoral, ocurrida en 2004 precisamente por impulso K, la entonces senadora por Santa Cruz (faltaba un año para su desembarco en la provincia de Buenos Aires) defendió la fecha estipulada para los comicios con el siguiente argumento: “Hace 200 años los Estados Unidos hace elecciones el 1 de noviembre. Hay que imitar lo bueno”.
¿Qué pasó en una semana? Los Kirchner buscaron dar una respuesta terminante y directa a la jugada que anunció ayer Mauricio Macri. Como Brizuela, el jefe de Gobierno decidió separar los comicios porteños de los nacionales para consolidar su poder local (busca contar con mayoría absoluta en la Legislatura y ya no depender de los acuerdos tácticos con la oposición) y consolidarse en su carrera presidencial de cara al 2011.
Pero también el matrimonio presidencial busca que haya una brecha lo más amplia posible entre los comicios y la crisis, cuyos efectos económicos y sociales prometen agudizarse a partir del segundo trimestre del año.
Néstor y Cristina buscan preservarse del malhumor de los electores. Y suturar la sangría política y electoral que ya los afecta tanto por izquierda como por derecha.
Si, como dicen los chinos, la crisis conlleva en sí misma una oportunidad, Kirchner no descartaría posicionarse como el hombre más indicado para guiar a los argentinos a capear el temporal económico. Sabe que, en ocasiones, los electores prefieren no cambiar el timonel en medio de un tsunami que se está llevando puesto al mundo.(Fuente: Diario Crítica).
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