El proyecto de creación de un ente estatal para intervenir en el mercado exportador de granos divide al gabinete. Mientras el sector ortodoxo del kirchnerismo impulsa ese proyecto, el ala blanda del Gobierno considera que es inadecuado lanzarlo ahora, justo en medio de las negociaciones con la Mesa de Enlace del agro, ya que la difusión de la idea generó fricciones con la dirigencia rural que podrían terminar por entorpecer el diálogo con el sector, según contaron fuentes del entorno presidencial. Ayer, según el diario crítica de la argentina, ningún funcionario consultado se animó a revelar si la presidenta Cristina Kirchner anunciaría en su discurso en el Congreso la creación de una nueva Junta Nacional de Granos al estilo K.
La única voz oficial que habló del tema en público fue el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, quien desmintió que existiese un proyecto oficial para crear un ente estatal para la comercialización de granos: “La verdad, esto es un invento de alguien”, dijo.
Sin embargo, distintas fuentes oficiales confirmaron que ese proyecto sí existe y que tiene como principal ideólogo al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, un hombre que en la intimidad se define como “miembro de la guardia pretoriana de Néstor” y que tiene bajo su influencia a la Oficina Nacional de Control y Comercial Agropecuario, el organismo que hoy regula el comercio y la exportación de los productos del campo.
La idea de Echegaray, que según su entorno tiene apoyo de Kirchner, es que el Estado debe crear un ente con el poder suficiente para influir sobre el precio de los granos, pero sin que ello signifique tomar el control total del mercado. Según dejaron trascender en la AFIP, el proyecto no busca recrear el IAPI que se creó durante el gobierno de Juan Perón (que monopolizó el comercio exterior) ni tampoco la Junta Nacional de Granos, disuelta por el menemismo: “Los grandes exportadores van a seguir trabajando, pero no van a poder fijar los precios de los granos a los productores ni descargar sobre ellos todo el peso de las retenciones”, explicaron cerca de Echegaray.
Sin embargo, y a pesar de que se impulsa su difusión desde la Quinta de Olivos, varios ministros consideran que el Gobierno se equivoca en salir a “operar” el tema en los medios justo antes de la reunión del Gobierno con la Mesa de Enlace pautada para el martes.
El jefe de Gabinete, Sergio Massa, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y la ministra de la Producción, Débora Giorgi, están convencidos que la Casa Rosada debe resolver cuanto antes el conflicto agrario, y que la divulgación de que el Estado busca intervenir en la compra y venta de granos sólo provoca más enojos y fricciones con los representantes del campo. Según esa visión, la confrontación K con la Mesa de Enlace es contraproducente ya que les da a los ruralistas nuevos argumentos para criticar una supuesta falta de predisposición del oficialismo para negociar sin obstáculos. Ayer, las entidades rurales publicaron una solicitada criticando la posibilidad de que se cree la Junta de Granos K. Por la tarde profundizaron su posición crítica con distintas declaraciones en los medios. El titular de Carbap, Pedro Apaolaza, un dirigente agrario “dialoguista” según la visión del kirchnerismo, dijo que ante la posibilidad de que se concrete ese medida “no tiene sentido ir a la reunión del martes con el Gobierno”.
Ayer, desde Producción se intentó instalar la idea de que en ese encuentro con el campo se avanzará en distintos acuerdos económicos para el sector, como la implementación de nuevas compensaciones para el trigo y la leche, entre otras cuestiones.
Sin embargo, la nueva intervención en el tema del kirchnerismo duro genera escepticismo en el ala blanda de la Casa Rosada. “Hasta hace muy poco, la Mesa de Enlace estaba KO, dividida por peleas internas. El día antes de la última reunión con nosotros, De Angeli había tomado un banco, algo muy mal visto por la mayoría de la sociedad. En pocos días logramos que los tipos vuelvan a tener excusas para unirse para salir a pegarnos, y hasta para publicar solicitadas en contra nuestra en los diarios. No tiene sentido”, se lamentó ante este diario un importante funcionario que participa de las negociaciones con el sector rural. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
La única voz oficial que habló del tema en público fue el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, quien desmintió que existiese un proyecto oficial para crear un ente estatal para la comercialización de granos: “La verdad, esto es un invento de alguien”, dijo.
Sin embargo, distintas fuentes oficiales confirmaron que ese proyecto sí existe y que tiene como principal ideólogo al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, un hombre que en la intimidad se define como “miembro de la guardia pretoriana de Néstor” y que tiene bajo su influencia a la Oficina Nacional de Control y Comercial Agropecuario, el organismo que hoy regula el comercio y la exportación de los productos del campo.
La idea de Echegaray, que según su entorno tiene apoyo de Kirchner, es que el Estado debe crear un ente con el poder suficiente para influir sobre el precio de los granos, pero sin que ello signifique tomar el control total del mercado. Según dejaron trascender en la AFIP, el proyecto no busca recrear el IAPI que se creó durante el gobierno de Juan Perón (que monopolizó el comercio exterior) ni tampoco la Junta Nacional de Granos, disuelta por el menemismo: “Los grandes exportadores van a seguir trabajando, pero no van a poder fijar los precios de los granos a los productores ni descargar sobre ellos todo el peso de las retenciones”, explicaron cerca de Echegaray.
Sin embargo, y a pesar de que se impulsa su difusión desde la Quinta de Olivos, varios ministros consideran que el Gobierno se equivoca en salir a “operar” el tema en los medios justo antes de la reunión del Gobierno con la Mesa de Enlace pautada para el martes.
El jefe de Gabinete, Sergio Massa, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y la ministra de la Producción, Débora Giorgi, están convencidos que la Casa Rosada debe resolver cuanto antes el conflicto agrario, y que la divulgación de que el Estado busca intervenir en la compra y venta de granos sólo provoca más enojos y fricciones con los representantes del campo. Según esa visión, la confrontación K con la Mesa de Enlace es contraproducente ya que les da a los ruralistas nuevos argumentos para criticar una supuesta falta de predisposición del oficialismo para negociar sin obstáculos. Ayer, las entidades rurales publicaron una solicitada criticando la posibilidad de que se cree la Junta de Granos K. Por la tarde profundizaron su posición crítica con distintas declaraciones en los medios. El titular de Carbap, Pedro Apaolaza, un dirigente agrario “dialoguista” según la visión del kirchnerismo, dijo que ante la posibilidad de que se concrete ese medida “no tiene sentido ir a la reunión del martes con el Gobierno”.
Ayer, desde Producción se intentó instalar la idea de que en ese encuentro con el campo se avanzará en distintos acuerdos económicos para el sector, como la implementación de nuevas compensaciones para el trigo y la leche, entre otras cuestiones.
Sin embargo, la nueva intervención en el tema del kirchnerismo duro genera escepticismo en el ala blanda de la Casa Rosada. “Hasta hace muy poco, la Mesa de Enlace estaba KO, dividida por peleas internas. El día antes de la última reunión con nosotros, De Angeli había tomado un banco, algo muy mal visto por la mayoría de la sociedad. En pocos días logramos que los tipos vuelvan a tener excusas para unirse para salir a pegarnos, y hasta para publicar solicitadas en contra nuestra en los diarios. No tiene sentido”, se lamentó ante este diario un importante funcionario que participa de las negociaciones con el sector rural. (Fuente: Diario Critica de la Argentina).
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