La crisis política desatada por la resistencia que enfrentó la decisión oficial de usar las reservas del Banco Central se profundizó y amenaza con derivar en un choque de poderes. La Justicia suspendió la implementación del fondo ideado por el Gobierno para pagar a los acreedores y rechazó el decreto de la Presidenta que había echado a Martín Redrado, quien volvió a ocupar su despacho al frente de la entidad monetaria. La oposición, coordinada por Julio Cobos, se autoconvocó en el Senado y aspira a revertir las medidas del Poder Ejecutivo. La Casa Rosada lo interpretó como una conspiración.
De esa forma, la disputa en torno a las reservas envolvió a los tres poderes y se transformó en una conflagración determinante para definir el margen de maniobra que tendrá el gobierno de Cristina Fernández en la segunda mitad de su mandato.
La implementación del denominado Fondo del Bicentenario, con el que el Gobierno pretende reunir 6.569 millones de dólares de las reservas para pagar vencimientos de la deuda, fue frenada en seco por la decisión de la jueza María José Sarmiento, al aceptar una medida cautelar presentada por representantes del PRO, la Coalición Cívica y la UCR. Pocas horas después, en un segundo fallo, la jueza Sarmiento restituyó a Redrado en la jefatura del Banco Central.
En ambas resoluciones, la magistrada argumentó que tenía que expresarse previamente el Congreso. De esa forma, la decisión judicial reforzó doblemente el papel opositor, tanto al darle curso a su presentación como al subrayar el protagonismo del Poder Legislativo, donde el oficialismo perdió el control de las cámaras como consecuencia de la derrota electoral de junio pasado.
El Gobierno se mantuvo intransigente y dio muestras de que seguirá adelante con su decisión. Apeló la suspensión del fondo y la semana próxima también contraatacará la reposición de Redrado. En ese caso, las fuentes oficialistas diferían entre quienes anticipaban una nueva apelación en tribunales y entre quienes decían que esperarán que se expida la comisión del Congreso que debe aconsejar a la Presidenta sobre el futuro de Redrado.
De todas formas, el futuro del Fondo del Bicentenario quedó envuelto en la incertidumbre. Ayer, el directorio del Banco Central, que responde al kirchnerismo y quedó enfrentado a Redrado, apenas gateó hasta el primer escalón: abrió la cuenta donde deberían depositarse los seis mil millones.
En el Congreso, la oposición buscó sacudirse del letargo de verano. Cobos abandonó sus vacaciones en Chile y ayer se instaló en el Senado para organizar el reacción opositora. En el medio se comunicó telefónicamente con Redrado.
Los referentes del PRO, la UCR y la Coalición Cívica que se encuentran en Buenos Aires repasaron sus fuerzas para convocar a una sesión en pleno receso estival. Las dificultades para garantizar el regreso de los legisladores que se encuentran de vacaciones trajeron resignación. Tras una infinidad de llamados telefónicos con el senador kirchnerista José Pampuro y los parlamentarios de la oposición, Cobos sólo anunció que el lunes reunirá a los jefes de las bancadas del Senado para definir los pasos a seguir. No se pudo apurar ninguna jugada. Y debieron mantener la fecha del 3 de febrero para una eventual primera sesión en el Senado. Asimismo, en la Cámara de Diputados intentarán reunirse el 20 de enero si consiguen que los legisladores abandonen sus vacaciones.
El Congreso tiene facultades para rechazar cualquiera de los dos decretos de necesidad y urgencia (DNU) que firmó la Presidenta, tanto el usado para crear el Fondo del Bicentenario como el utilizado para echar a Redrado. Para voltear el fondo ya hay un dictamen. Pero para revertir el despido del economista, la comisión bicameral que dictamina sobre los DNU debería volver a reunirse y emitir opinión. Luego, las cámaras deben expresarse. En síntesis, el conflicto se prolongará en el tiempo.
El activo papel que asumió Cobos abrió otra línea de fuego. La Presidenta culpó al vice de participar “en cuanta discusión” hay contra el Gobierno y le recomendó aprender “cuál es el rol del vicepresidente”. Previamente, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, lo había acusado de “seguir conspirando contra el Gobierno” y de “motorizar” un nuevo conflicto, al que denominó en forma irónica “el operativo 126”. Aludió de esta manera a la resolución 125 de retenciones móviles. La comparación sirve, en principio, para aludir a Redrado, quien al igual que Cobos ganó protagonismo por resistir una decisión del oficialismo. Ayer por la tarde, cuando regresó a la sede del Banco Central gracias a la decisión de la jueza Sarmiento, el economista se vanaglorió con un escueto “se hizo justicia”. Para entonces, los bonos argentinos ya habían caído hasta 5 por ciento y la Bolsa 1,5. (Fuente: Diario Critica de la Argentina)
De esa forma, la disputa en torno a las reservas envolvió a los tres poderes y se transformó en una conflagración determinante para definir el margen de maniobra que tendrá el gobierno de Cristina Fernández en la segunda mitad de su mandato.
La implementación del denominado Fondo del Bicentenario, con el que el Gobierno pretende reunir 6.569 millones de dólares de las reservas para pagar vencimientos de la deuda, fue frenada en seco por la decisión de la jueza María José Sarmiento, al aceptar una medida cautelar presentada por representantes del PRO, la Coalición Cívica y la UCR. Pocas horas después, en un segundo fallo, la jueza Sarmiento restituyó a Redrado en la jefatura del Banco Central.
En ambas resoluciones, la magistrada argumentó que tenía que expresarse previamente el Congreso. De esa forma, la decisión judicial reforzó doblemente el papel opositor, tanto al darle curso a su presentación como al subrayar el protagonismo del Poder Legislativo, donde el oficialismo perdió el control de las cámaras como consecuencia de la derrota electoral de junio pasado.
El Gobierno se mantuvo intransigente y dio muestras de que seguirá adelante con su decisión. Apeló la suspensión del fondo y la semana próxima también contraatacará la reposición de Redrado. En ese caso, las fuentes oficialistas diferían entre quienes anticipaban una nueva apelación en tribunales y entre quienes decían que esperarán que se expida la comisión del Congreso que debe aconsejar a la Presidenta sobre el futuro de Redrado.
De todas formas, el futuro del Fondo del Bicentenario quedó envuelto en la incertidumbre. Ayer, el directorio del Banco Central, que responde al kirchnerismo y quedó enfrentado a Redrado, apenas gateó hasta el primer escalón: abrió la cuenta donde deberían depositarse los seis mil millones.
En el Congreso, la oposición buscó sacudirse del letargo de verano. Cobos abandonó sus vacaciones en Chile y ayer se instaló en el Senado para organizar el reacción opositora. En el medio se comunicó telefónicamente con Redrado.
Los referentes del PRO, la UCR y la Coalición Cívica que se encuentran en Buenos Aires repasaron sus fuerzas para convocar a una sesión en pleno receso estival. Las dificultades para garantizar el regreso de los legisladores que se encuentran de vacaciones trajeron resignación. Tras una infinidad de llamados telefónicos con el senador kirchnerista José Pampuro y los parlamentarios de la oposición, Cobos sólo anunció que el lunes reunirá a los jefes de las bancadas del Senado para definir los pasos a seguir. No se pudo apurar ninguna jugada. Y debieron mantener la fecha del 3 de febrero para una eventual primera sesión en el Senado. Asimismo, en la Cámara de Diputados intentarán reunirse el 20 de enero si consiguen que los legisladores abandonen sus vacaciones.
El Congreso tiene facultades para rechazar cualquiera de los dos decretos de necesidad y urgencia (DNU) que firmó la Presidenta, tanto el usado para crear el Fondo del Bicentenario como el utilizado para echar a Redrado. Para voltear el fondo ya hay un dictamen. Pero para revertir el despido del economista, la comisión bicameral que dictamina sobre los DNU debería volver a reunirse y emitir opinión. Luego, las cámaras deben expresarse. En síntesis, el conflicto se prolongará en el tiempo.
El activo papel que asumió Cobos abrió otra línea de fuego. La Presidenta culpó al vice de participar “en cuanta discusión” hay contra el Gobierno y le recomendó aprender “cuál es el rol del vicepresidente”. Previamente, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, lo había acusado de “seguir conspirando contra el Gobierno” y de “motorizar” un nuevo conflicto, al que denominó en forma irónica “el operativo 126”. Aludió de esta manera a la resolución 125 de retenciones móviles. La comparación sirve, en principio, para aludir a Redrado, quien al igual que Cobos ganó protagonismo por resistir una decisión del oficialismo. Ayer por la tarde, cuando regresó a la sede del Banco Central gracias a la decisión de la jueza Sarmiento, el economista se vanaglorió con un escueto “se hizo justicia”. Para entonces, los bonos argentinos ya habían caído hasta 5 por ciento y la Bolsa 1,5. (Fuente: Diario Critica de la Argentina)
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